Los Azules Prados del Tiempo (Segunda Edición) (eBook)

Los Azules Prados del Tiempo (Segunda Edición) (eBook)

ISBN: 978-956-6136-19-4
$2.975
Desde pequeña me gustó el color azul, incluso llamaba a los damascos, los azules. Todo era azul para mí. A mi madre, -que me comprendía-, no le llamaba la atención que su pequeña y única hija, fuera así. Suficiente sorpresa tuvo cuando aprendí a leer, mágicamente, juntando las letras de un periódico, sola, y posteriormente, le escribiera una poesía, sin prácticamente haber leído alguna aún. Así crecí, persiguiendo mariposas azules, nubes azules, vestidos azules, libros azules, sobre todo libros. Me conmovían los niños de una "población callampa" que acudían a solicitar comida a mi barrio ñuñoíno, entonces yo les regalaba mis azules zapatos y les escribía poemas. Esa niña creció, cambió, amó, estudió mucho, y aunque al parecer la humanidad seguía siendo azul,- kalfú, en idioma mapuche-, vinieron largos años de oscuridad y el azul intentó desaparecer, ocultarse, pero siempre volvían versos azules a mi encuentro, a mi alma, a mi esencia. Estos poemas pertenecen a una época de luz y sombra, en los que la esencia de mi ser derrotaron la adversidad y un cielo, y sus azules prados, cubrieron, para siempre, mi existencia y mi creación.
Título Los Azules Prados del Tiempo (Segunda Edición) (eBook)
Autor Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle
Tipo Libro electrónico / eBook (ePub 2.0)
Género Poesía / Antología
Edición Segunda Edición
Sello Editorial Segismundo
Publicación 28-12-2021
Lengua Castellano
Formato ePub 2.0
Páginas 180
ISBN 978-956-6136-19-4
Desde pequeña me gustó el color azul, incluso llamaba a los damascos, los azules. Todo era azul para mí. A mi madre, -que me comprendía-, no le llamaba la atención que su pequeña y única hija, fuera así. Suficiente sorpresa tuvo cuando aprendí a leer, mágicamente, juntando las letras de un periódico, sola, y posteriormente, le escribiera una poesía, sin prácticamente haber leído alguna aún. Así crecí, persiguiendo mariposas azules, nubes azules, vestidos azules, libros azules, sobre todo libros. Me conmovían los niños de una "población callampa" que acudían a solicitar comida a mi barrio ñuñoíno, entonces yo les regalaba mis azules zapatos y les escribía poemas. Esa niña creció, cambió, amó, estudió mucho, y aunque al parecer la humanidad seguía siendo azul,- kalfú, en idioma mapuche-, vinieron largos años de oscuridad y el azul intentó desaparecer, ocultarse, pero siempre volvían versos azules a mi encuentro, a mi alma, a mi esencia. Estos poemas pertenecen a una época de luz y sombra, en los que la esencia de mi ser derrotaron la adversidad y un cielo, y sus azules prados, cubrieron, para siempre, mi existencia y mi creación.

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